INSTITUCION
EDUCATIVA NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN
INTRODUCCION A
LA FILOSOFIA
NOVENO
TEMAS: EL ORIGEN
DE LA FILOSOFIA
LOS PRINCIPIOS
DE LA FILOSOFIA
PROF. MAG.
CARLOS E. CAÑAR SARRIA
2020
Se dice que el saber es consecuencia del mismo saber.
El conocimiento del mundo exterior genera autoconciencia. La relación
sujeto-objeto permite el conocimiento.
El hombre primitivo es animista. Se caracteriza porque aparecen dioses,
‘fuerzas’ naturales como el fuego, o manifestaciones como la fertilidad, los
sueños, la mitología, que es la primera
generalización en
montañas, mares, ríos, fuego, sol, los hombres, el
amor, surgidos de estados emocionales del hombre.
El conocimiento filosófico tiene, entre otras, las
siguientes características:
1) Universalidad: Se ocupa de la totalidad de los fenómenos, conocimiento
que se cumple en todos y cada uno de los objetos que podemos encontrar en el
universo. Como por ejemplo, la Ley
de gravitación universal: cualquier atracción de masas se presenta en todos los
objetos materiales.
2) Racionalidad: La facultad de
la razón que conduce al rigor lógico. Los principios lógicos son ayuda
fundamental en los procesos racionales en la formulación de preguntas, en el análisis,
en la argumentación y en generar respuestas.
3) Unidad sistemática: Todos y
cada uno diferentes temas de una concepción filosófica están regidos por los
mismos principios racionales.
LOS PRINCIPIOS LOGICOS
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Por
principios lógicos, hay que entender los principios que gobiernan el
entendimiento humano entero, cualesquiera que sean los objetos a los que
aplica su actividad; eso es lo que se llama también los principios directores
del conocimiento. Aunque estos principios no sean en realidad sino una
expresión particular, para las condiciones del entendimiento humano, de los
principios propiamente dichos, que son de orden verdaderamente universal,
debemos limitarnos aquí a considerarlos bajo el aspecto lógico; pero, para
estudiarlos de un modo completo, habría evidentemente que salir de ese punto
de vista lógico y situarse en el punto de vista metafísico. Por otra parte,
estos principios lógicos, cuando se los quiere enunciar, son forzosamente
expresados bajo la forma de juicios, y la constitución misma del lenguaje no
permite que sea de otra manera; pero no obstante, si se los considera en sí
mismos, fuera de toda aplicación a la experiencia, hay que estudiarlos antes
del juicio, e incluso antes del concepto, pues un concepto, lo mismo que un
juicio o un razonamiento, no puede tener valor lógico sino en tanto es conforme
a estos principios, a los que se puede contemplar como las condiciones
fundamentales del acuerdo del pensamiento consigo mismo, porque son la
traducción lógica de las condiciones mismas de toda posibilidad.
El
primero de estos principios lógicos es el principio de identidad, que,
metafísicamente, afirma la identidad esencial que pertenece al ser, y que,
lógicamente, puede formularse así: “lo que es, es”, “una cosa es lo que ella
es”, o también “A es A”. Este principio es de una evidencia inmediata, pero dista
mucho de ser tan insignificante como puede parecer cuando se le contempla
superficialmente; los lógicos han cometido a menudo el error de descuidarlo o
de no plantearlo claramente antes de todos los otros principios, lo que se
debe quizás a lo difícil que es darse cuenta de toda su importancia sin darle
la forma bajo la que tiene un alcance propiamente metafísico: “el ser es el
ser”. Para permanecer en el dominio lógico, diremos que este principio está
implicado en cada uno de nuestros juicios, cuya primera condición es en
efecto que la cosa de la que hablamos sea y permanezca idéntica a sí misma,
al menos con respecto al atributo que afirmamos le conviene, sin lo cual no
sería posible decir de ella nada que fuese verdadero; es también, de manera
inmediata, el principio de todas las demostraciones directas que tienen
conclusión afirmativa.
El
segundo principio lógico es el principio de contradicción, que es en cierto
modo el inverso del principio de identidad, o su aspecto negativo, y que se
puede expresar así: “A no es no-A”. Esto es una consecuencia inmediata del
principio de identidad, pero no es el principio de identidad mismo; se debe
admitir que hay ahí dos principios distintos, aunque hayan sido a veces
confundidos por error. Leibniz formula el principio de contradicción del modo
siguiente: “una cosa no puede ser y no ser al mismo tiempo y desde el mismo
punto de vista”; esta fórmula está tomada de Aristóteles. Desde el punto de
vista exclusivamente lógico, se puede también aceptar la de Kant: “un predicado
que está en contradicción con un sujeto no le conviene”. En la práctica, el
papel del principio de contradicción es más notable que el del principio de
identidad; es por la ausencia de contradicción que se define la posibilidad
lógica, y contradictorio y absurdo son, en el fondo, términos sinónimos. Este
principio es el que se emplea más particularmente en toda discusión, en toda
demostración directa que tiene conclusión negativa, y en toda demostración al
absurdo, aunque haya que observar que cada uno de los principios de los que
hablamos en este momento intervienen más o menos en todo razonamiento.
El
tercer principio lógico es el principio del tercer excluido o del término
medio excluido, que se puede formular así: “M es forzosamente A o no-A”, “una
cosa es o no es, no hay término medio”. Este principio, que supone los dos
anteriores, de los que es como una combinación, pone especialmente en
evidencia la idea de necesidad lógica; de uso menos constante que los otros
dos, está aplicado principalmente en todos los razonamientos en los que hay
una alternativa.
Es
importante observar que todos los axiomas matemáticos se vinculan
inmediatamente a estos principios lógicos de los que acabamos de hablar; son
la aplicación de estos en un dominio especial, el de la cantidad, cuyo
estudio constituye el objeto propio de las matemáticas.
Junto
al grupo que forman los tres principios anteriores, conviene contemplar otro,
que puede reducirse a un principio único, al que se da, según la forma bajo
la que se lo exprese, los nombres de principio de razón suficiente o
principio de universal inteligibilidad; este último nombre no tiene sentido
sino desde el punto de vista exclusivamente lógico, pues supone que se
considera lo que es, no en sí mismo, sino en tanto que puede ser objeto de
comprensión. Este principio plantea que todo lo que es debe tener una razón
de ser, o que nada es sin alguna razón; ésta es, al menos, la forma bajo la
que se lo puede enunciar cuando se lo libera de todas las consecuencias
discutibles que a veces se han querido deducir de él, pretendiendo hacerle
decir más de lo que verdaderamente dice. Este es el punto de partida de toda
investigación en el dominio de las ciencias de hechos, pues la idea misma de
ley natural no tendría sentido alguno si no supusiera implícitamente la
existencia de este principio. Una forma más particular del mismo principio es
ésta: nada sucede sin causa, o todo lo que se produce tiene una causa; es
entonces el principio de causalidad, el que es así una aplicación o una
particularización del principio de razón suficiente. El papel de éste es, de
un modo general, dirigirnos en la búsqueda de lo que no conocemos, mientras
que los otros principios, de los que hemos hablado en primer lugar, nos
permiten únicamente sacar conclusiones válidas de lo que ya conocemos.
Hay
que abstenerse de confundir con los principios lógicos, los cuales, siendo
verdaderamente principios, son esencialmente a priori, las generalizaciones
más elevadas que podamos obtener a posteriori, es decir partiendo de la
experiencia; y hay que abstenerse también de buscar más de la cuenta y de un
modo poco justificado, no decimos vincular, sino reducir los principios
propios de las diversas ciencias a principios comunes a todas las ciencias, o
incluso comunes a todo ejercicio de las facultades intelectuales en cualquier
dominio que sea.
El
principio de identidad domina toda la lógica, pero al mismo tiempo va más
allá del dominio de la lógica, ya que ésta no es y no puede ser sino una
aplicación de los principios universales a las condiciones particulares del
entendimiento humano. El principio de identidad no puede pues reducirse a una
fórmula como ésta: “lo que es verdadero en un tiempo y en un lugar
determinados es verdadero eternamente y universalmente, y lo mismo para lo
que es falso”, ya que tal fórmula no puede expresar sino la aplicación lógica
del principio, y en modo alguno el alcance metafísico que tiene en sí mismo.
Por otra parte, en el fondo, el sentido mismo de la fórmula anterior, en lo
que se refiere a lo verdadero, no es otro que éste: “toda verdad de hecho, si
se la transpone a lo universal, es decir si se la considera
independientemente de las condiciones de tiempo y de lugar que le dan el
carácter de hecho, es y permanece la expresión de una posibilidad”, aserción
que es evidente y no necesita ser formulada aparte desde el momento que se ha
establecido la noción metafísica de la posibilidad.
El
principio de contradicción, que expresa la condición fundamental de la
posibilidad, no debe ser confundido con el principio de identidad, como
parece haberlo hecho Leibniz, ya que es en cierto modo el inverso o el
aspecto negativo de éste. Es pues en realidad un derivado del principio de
identidad, e incluso, debido a su carácter negativo, no sería nada por él
mismo y sin éste, al que presupone esencialmente, al menos en el dominio del
ser; pero, establecido el principio de identidad, el principio de
contradicción se deduce necesariamente e inmediatamente de aquel.
Del
mismo modo, del conjunto de estos dos primeros principios deriva el principio
del término medio excluido, que completa la enunciación de las condiciones de
la verdad aplicables a todo lo posible, o más exactamente, bajo su forma
ordinaria, a todo lo posible realizable en el ser; pero estos tres
principios, en razón de su universalidad, no pueden tener ninguna relación en
ellos mismos, fuera de sus aplicaciones especiales, con las condiciones
particulares y contingentes de las verdades de hecho.
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EJERCICIO 1:
1) Realiza un cuadro comparativo de los
principios lógicos y emite ejemplos de su aplicación.
2) Discute y define lo que entiendas por Lógica. ¿En qué sentido has escuchado
utilizar este término? Ejemplifica.
3) ¿Cómo definirías lo contrario a lo lógico?
Argumenta con ejemplos.
4) Encuentras o no relaciones de semejanza entre
la verdad y la lógica? Ejemplifica.
5) ¿En la experiencia académica y en la vida
personal y social l sientes que se utiliza
o no la lógica? Argumenta.
6) Interpreta las siguientes definiciones sobre la Lógica :
a) Arte de pensar y razonar en estricta concordancia
con los límites e incapacidades de la incomprensión humana. ...
b) Ciencia que enseña a razonar con exactitud. Disposición natural para razonar con acierto
c) Disciplina y rama de la filosofía que estudia los principios formales del conocimiento humano. ...
d) Forma de razonamiento que procede derivando de un principio o supuesto conocido, una consecuencia.
b) Ciencia que enseña a razonar con exactitud. Disposición natural para razonar con acierto
c) Disciplina y rama de la filosofía que estudia los principios formales del conocimiento humano. ...
d) Forma de razonamiento que procede derivando de un principio o supuesto conocido, una consecuencia.
e) Disciplina que estudia los principios formales del
conocimiento humano, es decir, las formas y las leyes más generales del
pensamiento...
La filosofía sólo puede comprenderse como actividad
humana, después del amor y la religión. En el desarrollo histórico de la
humanidad, se van produciendo ideologías y concepciones sobre el mundo y la
realidad. La filosofía es la más humana de las actividades del hombre, su
reflexión intenta da ordenación y sentido racional a las experiencias y
realidades más fundamentales de su existencia.
EJERCICIO 2:
1) Mediante argumentos responde ¿por
qué la filosofía es una actividad humana que se presenta en la cotidianidad?
2) Plantea la relación entre la
filosofía y las demás ciencias. Escoge seis ciencias y explica esta relación.
3) Formula 10 preguntas que
consideres de carácter filosófico para el ser humano.
4) ¿Qué relación encuentras entre
preguntar y filosofar? Argumenta.
5) ¿Qué relación encuentras entre
a filosofía y el lenguaje?
6) Interpreta las siguientes
definiciones de filosofía:
a) “Filosofía es la ciencia de la
razón de las cosas”. Platón.
b) “Es la ciencia de los
principios y de las causas”. Aristóteles.
c) “Es la ciencia de las cosas
divinas y humanas y de sus causas”. Cicerón.
d) “Es el conocimiento e las
cosas por las razones más elevadas”. Tomás de Aquino.
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