INSTITUCION EDUCATIVA NUESTRA
SEÑORA DEL CARMEN
FILOSOFIA-CIENCIAS POLITICAS Y
ECONOMICAS. UNDECIMO GRADO
2020
TEMA:
Valores para una ética ciudadana
CARLOS E. CAÑAR SARRIA
carlosecanar@hotmail.com
La ciudad es definida como una forma de asentamiento
humano que presupone un sistema
complejo de fenómenos relacionados con aspectos físico-sociales,
socio-culturales, económico-financieros y político-administrativos. Para una
adecuada administración de la ciudad es necesaria la ampliación de canales de
participación ciudadana que permita que los pobladores se sientan parte activa
en el discurrir cotidiano de la existencia citadina; pero además exige una
serie de conocimientos y comportamientos por parte de gobernantes y gobernados
que los conduzca hacia la consecución de propósitos comunes, que posibiliten la
convivencia y la felicidad de las personas como objetivo fundamental de la
Ética.
Nuestras ciudades se ufanan de modernas, pero
en realidad en ellas sobran habitantes y faltan ciudadanos, hay población pero
no sociedad civil; de ahí la imposibilidad de construir o reconstruir tejido
social. Sin la construcción de ciudadanía no será posible el sentido de
comunidad. La falta de compromisos cívicos entre gobernantes y gobernados,
hacen tensas las relaciones interpersonales y conflictivas las relaciones entre
Estado y sociedad. El caos se adueña de las ciudades y la vida en este entorno
se convierte en una miseria.
Ruido
generalizado, violación del espacio
público, desorden en el tráfico
vehicular, desatención de las normas de tránsito, semáforos descompuestos y
desincronizados, alumbrado público deficiente; accidentes de tránsito por
irresponsabilidad o imprudencia de conductores, de usuarios de transporte público
y peatones; insultos por todos lados; calles, árboles y postes de energía
convertidos en sanitarios públicos, perros callejeros haciendo de las suyas, basuras por doquier,
huecos y cráteres en calles y
avenidas. Irrespeto de las colas o filas en sitios de pagos de servicios
públicos, de escenarios deportivos y recreativos. Violencia en la resolución de
conflictos, zozobra por la reinante inseguridad, mala atención a la gente en
entidades públicas y privadas, construcciones sin criterios técnicos y arquitectónicos que afean las ciudades y
ponen en riesgo tanto la vida como la inversión económica de las personas.
En el libro.
“Instituciones políticas y derecho constitucional”, su autor Maurice Duverger,
sostiene que todas las sociedades humanas tienen un sistema de valores en la
medida en que clasifican los actos humanos en las categorías en cuestión de una
forma que le es propia. En este sentido, “La definición de la legitimidad del
poder reposa en un sistema de valores. Los sistemas de valores sirven para
justificar las reglas de conducta propuestas como modelos a los miembros de la
sociedad. En la medida que los miembros creen en el sistema de valores de la
sociedad en que viven, obedecen sus reglas porque las consideran buenas”. Los
valores para una ética ciudadana son creaciones conjuntas entre gobernantes y
gobernados que tienen como mira el bien público.
Hay normas de
comportamiento que se imponen arbitrariamente a los pobladores, sin sopesar sus
pros y sus contras, sin atinar a quienes favorecen o a quienes perjudican. Como
son frutos de la improvisación y a la falta de discernimiento ciudadano,
después los gobernantes se ven presionados a abolirlas y en ello se juegan su
legitimidad.
Las ciudades deben convertirse en
escenarios donde la gente se sienta gratificada y amañada, donde se mantenga
una identidad común que implique el cumplimiento de los derechos y obligaciones
que como habitantes y ciudadanos a todos nos atañen. Sin sentido de pertenencia
es difícil la participación y la cohesión social que hagan posible un
imaginario colectivo de amor por las ciudades.
La indolencia e indiferencia de gobernantes y
gobernados terminan haciendo de la ciudad una fuente de tedio de la que todos
quisiéramos salir corriendo.
En no pocas
localidades, los proyectos de ciudad no se vislumbran por ningún lado.
Dependencias municipales caracterizadas por la incompetencia, por pobres y
flacos resultados, pero cuyos titulares siguen en sus cargos de manera firme y
segura. No son removidos porque hay alcaldes que les importa más cumplir con
las cuotas políticas y tener contentos a los directorios que velar por el
bienestar de la población.
Sin valores para una ética ciudadana no
será posible la construcción de una sociedad democrática. Donde los valores de
igualdad, libertad, la participación, los derechos individuales y colectivos
sean menospreciados, conculcados o desconocidos, el régimen político
democrático se desmorona. La democracia no sólo presupone el consenso, hay que
tener en cuenta al disenso. En muchas decisiones municipales se pone en juego
la contradicción consenso-disenso. El bien público prima sobre el bien privado,
pero ello no significa irrespetar o desconocer el bienestar de las minorías. Hay que hacer esfuerzos para que todos vivamos
felices.
Si los alcaldes
reconocieran la importancia de implementar unos valores para una ética
ciudadana, es muy posible que no se vieran involucrados en una serie de
problemas que les queda grande solucionar. De una ética ciudadana depende la
resolución de muchos problemas que hoy mantienen en crisis de legitimidad a
algunos mandatarios locales.
EJERCICIO:
1)
¿Cuál es
la importancia de la adopción de unos valores para una ética ciudadana? Argumenta críticamente.
2)
¿Qué
patologías o problemas encuentras en las ciudades modernas y cómo lesionan la
construcción de una ética ciudadana? Argumenta críticamente.
3)
Desarrolla
la tesis de Maurice Duverger.
4)
¿Qué
implicaciones tiene la imposición arbitraria de normas de comportamiento
ciudadano? Argumenta críticamente.
5)
¿Qué
mecanismos consideras necesarios para implementar unos valores de una ética
ciudadana en la búsqueda y consolidación de una verdadera sociedad democrática?
Argumenta críticamente.