INSTITUCIÓN EDUCATIVA NUESTRA
SEÑORA DEL CARMEN
CIENCIAS POLÍTICAS Y
ECONÓMICAS. UNDÉCIMO
GOBIERNO
DE HOMBRES O GOBIERNO DE LEYES
CARLOS E. CAÑAR SARRIA
2020
En la historia del pensamiento político, con
frecuencia encontramos la pregunta: ¿Qué
es preferible el gobierno de los hombres o el gobierno de las leyes? Nos permitimos exponer algunos planteamientos
de connotados teóricos políticos.
Platón denomina servidores de la
ley a los gobernantes, la felicidad o ruina de los pueblos depende tanto de las
leyes como de los gobernantes. Considera la aristocracia como la mejor forma de
gobierno. Aquí gobiernan los magistrados, hombres prudentes y sabios,
verdaderos filósofos.
Para Aristóteles, la alternativa de
gobierno de las leyes o gobierno de los hombres, se refiere no a la forma de
gobierno sino a la forma de gobernar. De lo que se trata es que las leyes
tengan carácter de universalidad y no se utilicen al servicio de un hombre o de
unos pocos.
Tomás Hobbes concibe la ley y el
poder en términos de fuerza y de violencia. El poder del soberano o gobernante
es absoluto o totalitarista; es justo todo aquello que para el soberano es justo e injusto aquello que se contrapone
a la ley civil que es su propia ley.
Gobierno y ley es la misma cosa.
John Locke fundamenta la sociedad
política en la libertad, la cual sólo puede estar limitada por la ley. “La
libertad de una persona termina donde se acaba la libertad de otra persona”.
Defensor de la separación de poderes. Quien detente el Ejecutivo debe gobernar
mediante leyes firmes, constituidas, promulgadas y defendidas por el pueblo. El
Legislativo es el poder soberano único y todos los demás poderes deben
supeditarse a él.
Montesquieu estima que “en la
naturaleza los hombres nacen iguales; pero esa igualdad no se mantiene. La
sociedad se la hace perder y sólo vuelven a ser iguales por las leyes”. Amante
apasionado de la libertad y de la justicia que considera apreciados bienes, “el
hombre ha nacido, de hecho, libre y razonable, por consiguiente, hemos de
procurar que siga siéndolo”. Confía en las leyes, pues sólo entre los salvajes
predomina lo físico. “El gobierno- anota- es una áspera lima que trabaja
lentamente y llega poco a poco al fin propuesto”. Coincide con Aristóteles en
el sentido de que lo importante no es
tanto quién detente el poder sino cómo éste es detentado, que las leyes y
constituciones pesan poco frente al “principio” o espíritu en que se sustentan y a las bases morales y racionales que
impliquen su buen o mal funcionamiento. El gobierno republicano es aquel en que
la soberanía reside en el pueblo o parte del pueblo y que acoge la virtud como el más alto valor.
Rousseau estima que la ley es
la viva expresión de la voluntad general, ésta no hay que confundirla con la
voluntad de todos, puesto que mientras la primera mira el bien público, la
segunda mira el bien privado. La voluntad general es siempre recta, inalterable
y pura, no se enajena, ni se compra ni se vende. La mejor forma de gobierno
tiene características democráticas donde el soberano es el pueblo, el cual sólo
puede estar representado por sí mismo. Quien gobierna no es más que un simple
comisionado del pueblo, cuya función principal está precisamente en no
apartarse de la voluntad general.
EJERCICIO:
1)
Analiza la
pregunta en negrilla de comienzo del texto y analiza y comenta críticamente las
posiciones de los filósofos:
a)
Platón; b)
Aristóteles; c) Hobbes, d) Locke; d) Montesquieu y e) Rousseau
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